Los testigos de la tragedia relatan que Astrid, aparentemente asustada por las luces y los sonidos de la locomotora que se aproximaba, se desprendió y corrió hacia las vías. Scott entró en pánico y trató desesperadamente de capturar a Astrid y llevarla a un lugar seguro. Fue entonces cuando ambos murieron arrollados por el convoy.
La historia de ambos se remonta a cuando Scott rescató a Astrid, un Staffordshire Bull Terrier, de las calles en 2013. Una lesión en la pata y una desnutrición severa sugirieron que Astrid había estado huyendo durante semanas y Scott sospechaba que había sido abandonada y posiblemente arrojada de un vehículo. Cuando una búsqueda de una semana de duración para los dueños del perro no arrojó nada.
Pero no sólo Scott rescató a Astrid, sino también ella a él ya que logró saca al estadounidense de la depresión en la que estaba sumido, tal y como relata su hijo Jacob.
"Ella era su compañera de responsabilidad". Ella dependía de él para su supervivencia y él sabía que tenerla realmente lo ayudó a mantener su acto limpio. Era casi como su segunda oportunidad de ser padre: cuidar a alguien. Esa era su relación. Astrid ayudó a mi padre a superar gran parte de su depresión y enfrentar sus demonios personales", asegura Jacob.
Este trágico final no sólo ha conmocionado a la familia sino también a toda la comunidad de Jacksonville, donde vivían Scott y Astrid.