Hace más de veinte días que Rusia comenzó a invadir Ucrania. Actualmente, su capital, Kiev, está sufriendo continuos bombardeos. El alcalde decretó toque de queda pero las tropas rusas han intensificado sus ataques contra zonas residenciales.
No obstante, en medio de una guerra la vida sigue abriéndose paso. 'Cuatro al día' ha hablado en directo con Marina Melnyk, una mujer ucraniana que ya ha alcanzado las 40 semanas de embarazo. Está a punto de salir de cuentas y espera a una bebé a la que llamará Olga.
La joven se encuentra en un refugio en su ciudad, Kiev, pero tiene esperanzas de poder dar a luz en otro lugar: "Ojalá que en el hospital", decía. Sus últimos días de embarazo los está pasando bajo tierra, en un búnker: "Suenan las sirenas y por eso estoy aquí". Por su seguridad y por la del bebé, la mejor opción era permanecer en la capital.
"Hace unos días estuve en el hospital, revisando que todo estuviera bien. Me han dicho que depende de la situación, si suenan sirenas o no, tendré a mi hija en las salas de parto normal o en sus búnkers. Estoy más o menos tranquila".
Observando su refugio, asaltan las dudas de si es adecuado para su estado: "Gracias a Dios nuestro refugio, construido durante la Guerra Fría, es muy bueno. El aire entra y sale, no hace frío y tenemos casi camas para pasar las noches aquí".
Joaquín le preguntaba si sentía miedo de traer a Olga a este mundo en un hospital que, en cualquier momento, podría ser bombardeado por los rusos: "Ahora mismo no hay ningún lugar seguro en este país. Tengo miedo, pero es la vida, la vida sigue".
Marina cuenta con la ayuda de su madre, su hermano y su perro. Su pareja, por desgracia, no puede estar con ella en estos momentos: "Los hombres no están".