Las tropas rusas se han ido acercando cada vez más a territorios de la Unión Europea llegando incluso a atacar a tan solo 25 kilómetros de Polonia. En consecuencia, se ha extremado la seguridad en la frontera y ha aumentado el nerviosismo.
Nuestro compañero, Alejandro Rodríguez ha pasado un día más precisamente en esa frontera. Los ciudadanos perciben esa tensión y buscan huir por medio de cualquier vía: "Aquí no dejan de llegar más y más refugiados que esperan cualquier tren para poder escapar".
Pero las ciudades fronterizas comienzan a estar tremendamente desbordadas. Es el caso, por ejemplo, de Przemyśl, que no tiene garantizado poder soportar una nueva oleada de refugiados.
A lo largo de la jornada, Alejandro ha podido hablar con diferentes personas, todas ellas con testimonios desgarradores, especialmente una joven que ha huido desde Chernóbil. Es huérfana y ha tenido que dejar atrás a sus seres queridos para poder sobrevivir.
"Tengo dos hermanos mayores que están ahora en guerra. Uno de 25 y otro de 27. Les dan armas, van a proteger...", decía. "Y mi abuelo que se ha quedado porque no anda y no le podíamos coger. Nos dijeron que nos teníamos que ir, no queríamos irnos. Hemos sido los últimos casi", contaba entre lágrimas.