En pocas horas se producirá la primer intento de acercamiento entre los indígenas ecuatorianos y el Gobierno de Lenín Moreno. Mientras, la revuelta indígena por los impuestos al combustible no cesan. De momento las calles amanecen allí tranquilas tras la imposición del toque de queda en la capital, en Quito.
La Fiscalía General de Ecuador ha ardido por los cuatro costados. Un grupo de manifestantes la ha asaltado incendiándola y destrozando todo lo que encuentran a su paso. Eso ha supuesto que el ejército tuviera que recuperar calle a calle el control de la situación en la capital.
A las pocas horas, la calma volvía a la ciudad en la que solo se oía el sonido de la cacerolada. Con la que muchos protestaban por todo lo que está sucediendo. La buena noticia es que ambas partes - indígenas y Gobierno - han aceptado sentarse a dialogar y ver qué partes de los polémicos recortes aprobados por Moreno siguen y cuáles desaparecen.