Los muertos en Australia ya ha aumentado a 19 personas, once de ellas solo durante esta semana pasada. Se deben a la ola de incendios que lleva asolando la región de Nueva Gales del Sur y partes de Victoria, en el sur del país.
Desde el pasado mes de noviembre no han frenado los incendios. Ahora han previsto la llegada de un nuevo frente cálido que amenaza con propagar todavía más las llamas entre temperaturas superiores a los 40 º.
Debido a esto el Servicio Rural de Bomberos ha avisado de que la ceniza ardiendo de estos incendios podría alcanzar los pies de las Montañas Azules --al noroeste de Penrith, a solo 50 kilómetros de Sídney--, donde el termómetro llegará en las próximas horas hasta los 46º.
No se puede pasar por alto la gravedad del asunto, ya que hay más de 130 incendios activos en todo el país. Medio centenar de ellos fuera de control, que han arrasado una extensión de tres millones y medio de hectáreas. Debido a esto las autoridades también temen que las llamas se propaguen a lo largo de la costa sur del país. Particularmente vulnerable es el incendio de Bega, que podría unirse a los declarados en Narooma y Bermagui.
Este próximo sábado más de 3.000 efectivos estarán combatiendo las llamas por todo el país con la ayuda de un dispositivo adicional de 500 bomberos que coordinarán las operaciones desde distintos puntos estratégicos.
Las últimas víctimas mortales confirmadas han sido un hombre de 72 años encontrado en su coche en plena tormenta de llamas en la costa sur y otro individuo que sucumbió a las heridas sufridas en noviembre, desde el inicio de los incendios, a los que hay que sumar otros dos fallecidos en el estado anexo de Victoria por el gran incendio en Mallacoota, según ha informado el diario 'Sydney Morning Herald'.