La tragedia del fuego azota un verano más a Portugal. Más de 1.000 bomberos y varias unidades del ejército trabajan desde anoche para combatir el primer gran incendio de este verano en el país vecino.
El incendio está situado en el centro de Portugal, a unos 200 kilómetros del norte de Lisboa, en la región de Castelo Branco. El fuego abarca un frente de 25 kilómetros de largo y aunque no es muy ancho avanza con gran rapidez. El humo que provoca es visible desde la provincia de Cáceres.
Los vientos y las altas temperaturas han complicado aún más las difíciles tareas de extinción del incendio. Además, la orografía del terreno tampoco ayuda, se trata de una región montañosa, cubierta de bosque, vegetación y de difícil acceso.
Los incendios han provocado un total de siete heridos leves y uno grave, según ha indicado el Comandante del Grupo del Centro del Sur de la Autoridad Nacional de Emergencia y Protección Civil. Tres de ellos resultaron heridos en un accidente entre dos camiones de bomberos, y el hombre que se encuentra en estado grave es un civil que sufrió quemaduras. Los 7 bomberos heridos ya han sido dados de alta.
El fuego está en una zona muy próxima a la que hace dos años otro incendio causó la muerte de más un centenar de personas. En junio de 2017 un devastador incendio forestal se convirtió en el peor de la la última década, dejando 64 personas fallecidas y más de 250 heridos. Fue sin duda uno de los peores momentos que vivió el país, en la que familias enteras quedaron carbonizadas atrapadas en sus vehículos sin poder escapar.