Todo empezó cuando la víctima, un pescador de una aislada aldea de la región rusa de Kamchatka, decidió encaramarse a una colina cercana para hacer una llamada con el móvil. Cuando quiso bajar de vuelta a su barca, amarrada en la orilla, el hombre se dio cuenta de que un oso hambriento rebuscaba entre sus pertenencias. Intentó ahuyentarle, primero con gritos y agitando los brazos y luego a pedradas. Pero lejos de salir huyendo, el animal centra su atención en la víctima y carga contra él. El pescador logra esquivar el ataque y se refugia en el mar. Según cuenta la prensa local, es allí donde queda atrapado por una corriente que le impide salir a flote y regresar a la orilla. Lamentablemente, el hombre acabó muriendo ahogado.