Logo de Cuatro al día
Cuatro al día

Logo de Cuatro al díaCuatro al día

La terminal de llegadas del aeropuerto de Hong Kong, colapsada por los manifestantes antigubernamentales

  • Exigen la retirada definitiva del proyecto de ley para facilitar extradiciones a China

  • Piden la creación de un comité independiente que investigue los excesos policiales

  • China les advierte: "Quien juega con fuego, se quema"

Los manifestantes antigubernamentales no ceden en su presión a China y nuevamente han vuelto a protagonizar una movilización multitudinaria y masiva. Esta vez, han sido un millar los que han ocupado la terminal de llegadas del aeropuerto de Hong Kong con una sentada para informar a los viajeros de la convulsa situación que se vive en la excolonia británica, así como de las protestas previstas para este fin de semana.

"Quien juega con fuego, se quema"

“Quien juega con fuego, se quema”, ha advertido China a los activistas, además de reprochar a EEUU, Reino Unido y la Unión Europea su “grosera interferencia” en la convulsa situación.

Los manifestantes exigen la retirada definitiva del proyecto de ley para facilitar las extradiciones a China y la creación de un comité independiente que investigue los excesos policiales durante los últimos disturbios.

En las últimas semanas, las protestas han degenerado en enfrentamientos entre los protestantes y los antidisturbios de la Policía, y los organizadores de las marchas han denunciado también la intervención de presuntos miembros de la mafia china, actuando por orden de las autoridades hongkonesas, que habrían agredido con palos a los asistentes.

Las protestas, el mayor desafío para Xi Jinping

Desde que llegase al poder en 2012, el presidente chino, Xi Jinping, se enfrenta al mayor de sus desafíos con unas protestas que, según la líder de Hong Kong, Carrie Lam, han asolado la economía del territorio chino “como un tsunami”.

Por su parte, el máximo representante de China en Hong Kong, Zhang Xiaoming, ha asegurado que la región administrativa especial se enfrenta a su mayor crisis desde que regresó del dominio británico al chino en 1997.