Detenciones por protestar en plena calle. Hacía tiempo que no se vivía esto en Rusia. El enfado de la gente se produce por el nombre que pone en estos carteles: Ivan Golunov. Un joven periodista, casi desconocido hace una semana y que la ha pasado entre rejas -a veces desmoronándose- porque la policía le acusaba de ser un narcotraficante. Pero era todo falso porque las fotos de su apartamento y las drogas encontradas, ni siquiera eran de su piso.
Todo un montaje para callar su voz y sus reportajes denunciando una trama corrupta en las funerarias. La gente se ha organizado como no se veía desde hace mucho con vigilias espontáneas. Putin ha estado rápido. Ha visto crecer la espuma y ya ha cesado a los responsables del caso dejando en libertad a Ivan.