La familia, que vivía en una zona rural de Pensilvania, estaba tratando a la pequeña con remedios tradicionales y homeopáticos. Cuando la bebé empeoró la llevaron al hospital de Towanda pero era demasiado tarde. Había desarrollado meningitis y murió, según informan los medios locales.
La autopsia ha revelado que un antibiótico para la infección de oído habría sido suficiente para curarle.
Los padres, que se han declarado contrarios a la medicina moderna y las vacunas, han sido acusados de homicidio involuntario. La pareja también ha explicado que no tenían asistencia sanitaria debido a sus problemas financieros.