Los datos alarmantes de deshielo obtenidos en el análisis no casan con la idea de que Groenlandia fuese una región con de desprendimiento de grandes trozos de hielo del tamaño de iceberg hacia el Océano Atlántico. Situación donde se ha constatado que el hielo almacenado en los paisajes de Groenlandia se derrite cuatro veces más que lo hacía hace 16 años.
Así lo afirman los propios coaautores del estudio, que relacionan el hecho con el calentamiento global, y donde se han registrado ríos de agua que fluyen hacia el océano durante el verano. El hallazgo clave de su estudio es que el sudoeste de Groenlandia, que anteriormente no se había considerado una amenaza seria, probablemente se convertirá en un importante contribuyente futuro al aumento del nivel del mar.
Eran conocedores de este proceso, pero no de la gravedad del mismo: "Sabíamos que teníamos un gran problema con el aumento de las tasas de descarga de hielo por parte de algunos glaciares de salida grandes. Ahora reconocemos un segundo problema grave: cada vez más, grandes cantidades de masa de hielo se irán como aguas de deshielo, como ríos que fluyen hacia el mar".
Los hallazgos podrían tener una repercusión negativa en las ciudades costeras de Estados Unidos, incluidas Nueva York y Miami, así como para las naciones insulares que son especialmente sensibles al aumento del nivel del mar. "Y no hay vuelta atrás", ha asegurado un experto.
Los científicos especializados observaron la capa de hielo de Groenlandia desde 2002, cuando la NASA y Alemania unieron sus fuerzas para lanzar GRACE. GRACE es sinónimo de Recuperación de la Gravedad y Experimento Climático, e involucra satélites gemelos que miden la pérdida de hielo en Groenlandia. Los datos de estos satélites mostraron que entre 2002 y 2016, Groenlandia perdió aproximadamente 280 gigatones de hielo por año, lo que equivale a 0,07 centímetros de incremento del nivel del mar cada año.
Sin embargo, ese proceso de deshielo no se consideraba continuado en el tiempo. El resultado reflejó una conclusión alarmante por la que el hielo se deshacía casi cuatro veces más rápido que en 2003. Incluso, la preocupación aumentó cuando el suroeste de Groenlandia, una parte de la isla que anteriormente no se sabía que estaba perdiendo hielo tan rápidamente, comenzaba a hacerlo a la velocidad de la luz.
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