Fue el 30 de agosto de 2017 cuando el mismo padre, de entonces 28 años, llamó al 911 (número de emergencias) para pedir ayuda médica para su bebé que no reaccionaba, sin embargo cuando llegaron a verificar lo encontraron muerto, tal y como recoge Infobae.
Los análisis del forense detallaron que el cuerpo presentaba signos de grave desnutrición, dermatitis, pesaba sólo 7 libras (3,17 kilogramos) e inclusive encontraron que tenía gusanos en su pañal, lo que evidenciaba que tenía varios días que no lo cambiaban.
El médico presentó fotos donde se veían las condiciones en las que se encontraba el bebé, con mantas empapadas de orina y ropa manchada de heces. El cuerpo se encontraba en un asiento tipo columpio.
La trabajadora social Sheila Schroeder, que llevó el caso ante el jurado expresó que el bebé nació con rastros de matanfetamina en su cordón umbilical, comprobando que el padre consumía estas sustancias.
En el juicio también rindió su testimonio el oficial John Turbett, a quien Zachary le confesó que nunca cambió el pañal de su bebé porque esa era la responsabilidad de la madre y que la suya era cuidar de su otra hija, custodia que les fue quitada después de este terrible hecho.
Sin embargo, Cheyanne Renae Harris (20 años), se encontraba bajo tratamiento de estrés pos traumático, también fue imputada ya que confesó haber consumido drogas semanas antes de la muerte del menor.
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