Diez días después del veto de Estados Unidos a Huawei, el fabricante chino de móviles quiso ayer tranquilizar a sus millones de usuarios en todo el mundo, ha difundido un vídeo en el que asegura que los terminales comprados y los que están en stock podrán seguir usándose con normalidad y actualizar los servicios de google. El sábado Trump insistió en su ofensiva, asegurando que Huawei es "muy peligrosa" pero admitió que había margen de negociación con ella.
El caso de Google y Huawei es solo una batalla más entre Estados Unidos y China por el control de la tecnología, una guerra sin balas ni bajas que servirá para dominar el mundo en los próximos 30 años. China ha adelantado a occidente en tecnología móvil y Huawei se ha convertido en la vanguardia del 5G.
Estas son las nuevas guerras y ambos tienen su artillería, los sistemas operativos como Android se desarrollan en Estados Unidos y los móviles se fabrican en china. En cascada compañías de países como Reino Unido y Japón ya han dejado de abastecer a Huawei alentadas por Trump. Pero los expertos advierten de que podrían provocar el efecto inverso y que China se independizara tecnológicamente de Occidente.