Lo ha dejado claro el ministro de Exteriores Josep Borrell en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros en la que ha hablado de la propuesta trasladada a la UE, propuesta que aún está en discusión, aunque la mayoría de socios "está por la labor".
Borrell sin precisar cuál sería el tiempo de espera para esas elecciones explicó que tampoco pueden ser "de la noche a la mañana", porque la UE no debe "hacer seguidismo de otros países". Sí -explicó- que no se puede "dilatar"para no perder una ocasión en un momento en el que la oposición venezolana ha actuado de manera contundente.
Borrell, además, ha precisado que la intención de la UE no es plantearlo como un "ultimátum", sino con la "lógica procedimental" de pedir elecciones a Nicolás Maduro, a quien ha llamado "presidente de facto" y, en caso contrario, buscar otra solución porque "la situación es insostenible para el pueblo venezolano".
El titular de Exteriores de España ha reconocido las complicaciones de la posición europea. Si la UE reconociese a Guaidó, ha admitido, eso no tiene "efectos mágicos" y "no le entrega por arte de magia los resortes del poder político y administrativo" que está en manos de Maduro.
Si se produce ese reconocimiento, ha añadido, eso "marca un apoyo y genera un proceso político". En todo caso, ha subrayado que lo que la UE no quiere son soluciones violentas. "No vamos a hacer tuits pidiendo al Ejército venezolano que derroque violentamente al régimen como alguien ha hecho", ha señalado. Borrell ha condenado el hecho de que en las protestas y su represión hayan muerto ya 26 personas.
Además, ha hecho un llamamiento a los partidos de oposición en España que muestren "actitud constructiva" que se centre en buscar soluciones, no en "erosionar al Gobierno". Según ha dicho, el Ejecutivo no busca rédito político, sino una solución, y eso le obliga a "hacer algún equilibrio", mientras que "los que no tienen responsabilidad de Gobierno se pueden permitir posiciones" que tal vez no ayudan a la solución.