La política de tolerancia cero con la inmigración ilegal que impulsa Donald Trump ha provocado una oleada de críticas sin precedentes desde su llegada a la Casa Blanca. Con el decreto presidencial que frenaba la separación de familias en la frontera parecía que Trump cedía a la presión. Aunque puede que no fuese más que un espejismo. Anoche, Trump celebró un mediático acto en el que volvió a vincular inmigración y delincuencia violenta.

El presidente estadounidense no parece estar dispuesto a renunciar a su política de tolerancia cero. Inmune a las críticas, la Casa Blanca insiste así en su retórica contra supuestas bandas latinoamericanas inundando el país y poniendo en riesgo la seguridad de los estadounidenses.

Mientras, sobre el terreno, los agentes de aduanas siguen sin saber cómo poner en práctica la nueva orden presidencial. Hoy Save the Children avisaba de que la medida simplemente reemplaza la separación familiar por la detención familiar indefinida, perpetuando la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran los pequeños.