La indignación en Londres por el asesinato de Sarah Everad, una ejecutiva de marketing de 33 años, cometido por Wayne Couzens, de 48 años, un policía metropolitano, explotó el sábado por la noche en lo que en principio iba a ser una ofrenda floral en su memoria, pero que acabó con disturbios en los que intervino la Policía. La ministra del Interior ha pedido ya un informe a Scotland Yard.
La vigilia por Everard había sido desconvocada tras advertir la Policía de que supondría una infracción de las restricciones impuestas para evitar contagios de coronavirus. La propia organización convocante, Reclama Estas Calles, anunció la anulación del acto. Pese a ello, cientos de personas se reunieron en el parque de Clapham Common, en el sur de Londres, e incluso estuvo presente la Catalina de Cambridge, esposa del príncipe heredero británico, Guillermo. Sin embargo, en un momento dado los asistentes mostraron su ira y protestaron por lo ocurrido, lo que derivó en altercados con la Policía, que intentó disolver la concentración.
Así, la Policía británica reprimió con violencia la concentración, una actuación que han justificado por el contexto de pandemia. "Se tomaron medidas cuando fue necesario", ha dicho la comisionada adjunta de Policía, Helen Ball. "Cientos de personas estaban muy juntas y había verdadero riesgo de transmisión de coronavirus", ha argumentado.
"La Policía", ha añadido, "debe actuar por el bien del público, porque la pandemia no ha terminado, y los agentes hablaron con las manifestantes durante mucho tiempo para explicar la situación". Ball lamentó que "un pequeño grupo comenzó a cantar contra los agentes, a empujarles y a lanzarles objetos".
Las concentradas gritaron "Vergüenza" cuando la Policía comenzó a reprimir a algunas de las asistentes, y el grupo "Reclamad las calles", uno de los abanderados de las manifestaciones, ha repudiado las imágenes que exhiben "cómo los agentes acaban reduciendo a las mujeres durante una vigilia contra la violencia machista".
El líder de la oposición, el laborista Keir Starmer, ha calificado de "profundamente perturbadoras" las imágenes difundidas de policías llevándose por la fuerza a mujeres participantes. "Las mujeres querían rendir homenaje a Sarah Everard. Deberían de haber podido hacerlo pacíficamente. Comparto su ira y malestar por la gestión que se ha hecho", ha argumentado.
También el líder del Partido Liberal Demócrata, Ed Davey, ha criticado la "terrible" intervención policial que "causó daños y heridas". "Hay millones de mujeres enfadadas y con pena por el horrible asesinato de Sarah Everard. Los millones de actos de agresión que sufren las muejeres a diario es el motivo de esta vigilia", ha indicado.
Por su parte, el diputado conservador Steve Baker ha criticado la escena "atroz". "Hay que cambiar la ley de confinamiento ya, Boris Johnson", ha argumentado.
Everard desapareció cuando regresaba a su casa, hacia las 21.00 del miércoles 3 de marzo, después de visitar a unas amigas en el barrio de Clapham, en el sur de Londres. Su cuerpo fue localizado una semana después en una zona arbolada del condado de Kent, en el suroeste del país, y donde fue detenido el agente sospechoso, Wayne Couzens. Los restos mortales fueron identificados el viernes.
El agente está imputado por su secuestro y asesinato. El acusado acudió el sábado a su primera comparecencia ante un tribunal. Couzens, que formaba parte del cuerpo de élite parlamentario y diplomático, confirmó su nombre, fecha de nacimiento y domicilio en una breve sesión en la Corte de Magistrados de Westminster, y permanecerá en prisión preventiva hasta la próxima audiencia procesal, prevista para el 16 de marzo.
El magistrado jefe, Paul Goldspring, se ha abstenido de considerar la cuestión de la libertad bajo fianza, que decidirá el próximo miércoles. El agente, de 48 años, no se encontraba en acto de servicio en el momento del asesinato.