Un tribunal considera ahora que el accidente mortal se produjo por un fallo de diseño. El pequeño murió decapitado por uno de los aros que soportan la red de seguridad cuando su balsa salió volando. Ahora, casi dos años después, la policía federal de Estados Unidos ha detenido a su diseñador, John Schooley, acusado de asesinato en segundo grado.
El jurado considera que ni el diseñador ni el propietario valoraron los riesgos de la atracción y que no tenían ni la experiencia ni la formación para diseñar y construir algo como el Verückt.
Lo cierto es que Schooley tiene difícil su defensa. El parque acuático Schlitterbahn participó durante la construcción de su joya de la corona en un 'reality' sobre parques temáticos. Durante el programa, en la supuesta prueba final de la atracción la balsa sale volando por un fallo de diseño.
La cuesta de frenado era demasiado inclinada y había que cambiarla. Unos trabajos que llevarían seis semanas en circunstancias normales. "Solo tenemos dos", dice entonces a cámara el responsable del proyecto.