El fuego arrasa la zona vinícola del Estado de California. Hay más de 2.000 residentes desalojados, toda una ciudad Geyserville y sus 900 habitantes ha sido evacuados y allí más una docena de viviendas han quedado reducidas a cenizas.
Las llamas han consumido ya más de 4.000 hectáreas y el gobernador de California se ha mostrado desolado. "No es solo el tiempo seco, son los vientos fuertes, la baja humedad, todo se ha unido. Estamos tomando precauciones".
El Estado ha recibido ayuda federal para movilizar los servicios de emergencia. Decenas de bomberos, camiones cisterna y helicópteros trabajan sin descanso para combatir el fuego.
Bajo las llamas se consumen además de las viviendas, restaurantes de lujo, bodegas para la cata de vinos, posadas y tiendas que rodean las colinas salpicadas de viñedos.
Y no es el primer gran incendio forestal en la zona, en octubre de 2017 ardieron otras 56.700 hectáreas y murieron una treintena de personas.