El presidente del Consejo europeo, Donald Tusk, ha suspendido tras apenas dos horas de reunión formal la cumbre extraordinaria que reúne en Bruselas a los jefes de Estado y de Gobierno de la UE para pactar el reparto de los altos cargos de las instituciones comunitarias, para dar espacio a encuentros bilaterales que permitan superar las diferencias que alejan a los Veintiocho de un acuerdo.
Tusk anunció al Parlamento Europeo a primera hora del domingo que su intención era trasladar a la cumbre, como base para la negociación, la propuesta de reparto diseñada por Francia, Alemania, Países Bajos y España en los márgenes del G20 que se ha celebrado en Osaka (Japón), y que colocaba al candidato de los socialdemócratas europeos, el holandés Frans Timmermans, al frente de la Comisión Europea para los próximos cinco años.
Este diseño relegaba al candidato del Partido Popular Europeo a suceder a Jean-Claude Juncker al frente del Ejecutivo comunitario, el alemán Manfred Weber, a la presidencia de la Eurocámara y reservaba para la familia liberal la presidencia del Consejo europeo y para otro miembro del PPE la Alta Representación de Política Exterior de la UE.
Tusk contaba con que esta propuesta pudiera sumar una mayoría suficiente tanto en el Consejo como en la Eurocámara, por lo que a pesar de no ser su apuesta personal decidió llevarlo a la reunión a Veintiocho, según han explicado varias fuentes europeas.
Sin embargo, en la reunión de líderes del PPE previa a la cumbre extraordinaria ha quedado claro que el apoyo que Merkel dio a la propuesta que ensalzaba a Timmermans no era extensible al resto de la familia conservadora.
La canciller y su candidato Weber, que también había aceptado el reparto propuesto, se quedaron solos frente al resto de líderes del PPE que, según fuentes consultadas por Europa Press, han "reaccionado mal" a que la alemana renunciara sin consultar con el resto a que un 'popular' ocupara la presidencia de la Comisión Europea.
Así las cosas, la reunión a Veintiocho ha arrancado finalmente en torno a las 21h30, con más de tres horas de retraso por los contactos previos entre líderes para fijar las líneas rojas y tratar de acercar posturas, y se ha suspendido pasadas las 23.00 horas.
Tusk debe buscar ahora soluciones para salvar las reservas del PPE y también el rechazo firme de los países de Visegrado --Polonia, Eslovaquia, Hungría y República Checa-- hacia Timmermans, al que ven con recelo por sus tensiones con Budapest y Varsovia durante su mandato como vicepresidente de la Comisión responsable del Estado de derecho.