El cruel asesinato del periodista saudí fue planeado al detalle
Un grupo de 15 saudíes esperaba a Jamal Khashoggi en el consulado saudí de Estambul. Entre ellos un médico forense que viajó desde Riad con una sierra para desembrarlo. Durante nueve horas, los investigadores turcos han peinado la residencia y el jardín del cónsul en busca de alguna pista sobre el paradero del periodista saudí. Khashogi era muy crítico con Mohammed bin Salman, el príncipe heredero. Vivía en EEUU y trabajaba para el Washington Post, que hoy ha publicado el último artículo que escribió.
Ankara asegura que tiene audios que corroborarían su cruel asesinato. Unas grabaciones que el presidente Trump ya ha solicitado al gobierno turco. "Las hemos pedido, si existen, todavía no sé con certeza si existen, probablemente si", afirma.
Desde que huyó de Arabía Saudí, por sus críticas al príncipe heredero, Khashoggi residía en EEUU y trabajaba para el Washington Post. Este diario publica su último artículo en el que lamentaba la falta de libertad de expresión en el mundo árabe. Mientras la policía turca sigue investigando. De la residencia del cónsul saudí en Estambul han salido esta madrugada tras un minucioso registro; incluido el jardín, donde han excavado en busca de pruebas.