Cameron ha encargado a la asesora del Gobierno en materia de sanidad, Carol Black, que determine si el sistema sanitario británico fracasa a la hora de instar a este tipo de enfermos a recibir tratamiento, según ha informado la BBC.
"Algunos tienen problemas con las drogas o el alcohol pero rechazan los tratamientos", ha asegurado Cameron. "En otros casos, la gente tiene problemas con su peso que podrían ser abordados, pero en su lugar se elige una vida sobre la prestación en lugar del trabajo", ha criticado.
"No es justo pedir a los contribuyentes que trabajan duro financiar la prestación de gente que rechaza aceptar un apoyo y tratamiento que podría ayudarles a volver a la vida laboral", ha afirmado Cameron.
"En concreto, he solicitado -a Black- que considere si la gente podría enfrentarse a la amenaza de una reducción en la prestación si rechazan participar en un plan de tratamiento recomendado", ha explicado el primer ministro.
"Es crucial que la gente que se beneficiaría de este tratamiento consiga la ayuda que necesita", ha subrayado el mandatario. En la actualidad, se estima que alrededor del 60 por ciento de los 2,5 millones de personas que solicitan la prestación por enfermedad lo hacen durante más de cinco años.