Todo empezó en noviembre, hace algo más de cuatro meses, cuando Alex Lewis de Stockbridge, Hampshire, comenzó a sufrir lo que al principio parecía un resfriado común. Sin embargo los síntomas empeoraron y fue entonces cuando le diagnosticaron una infección de la sangre causada por estreptococos de grupo A en el hospital Royal County en Winchester, en el condado de Hampshire al sur de Inglaterra.
Esta bacteria normalmente es inocua y el cuerpo la suele filtrar, pero en el caso de Lewis acabó siendo septicemia y sufriendo el síndrome del choque tóxico, los médicos le dieron un 3% de posibilidades de sobrevivir.
Pese a todo, Lewis ha sobrevivido, ha perdido sus dos piernas y un brazo, pero sólo piensa en volver a caminar con sus prótesis. “Hay que sacar lo mejor de la situación, es la cosa más increíble que he vivido” declara Lewis, que declara que está deseando algo tan simple como “tener la oportunidad de pasear a su perro junto a su hijo”, según recoge ‘Daily Mail’.