Normalmente miramos al norte de Europa en busca de ideas para nuestro sistema educativo. Y les presentamos el método Hjalli: se aplica en colegios privados de infantil y primaria en Islandia, es pionero pero también controvertido. Porque consiste en separar a niños y niñas, pero ¿para qué? Su objetivo no es que los niños sean mejores en matemáticas o lengua, sino más igualitarios. Nada más entrar a clase, niños y niñas son separados. Y lo chocante es la receta: las niñas 'hacen cosas tradicionalmente de niños' y al revés. Así, aseguran, 'desaprenden' los estereotipos de género.