La pandemia del coronavirus no sólo ha cambiado nuestra forma de vida, sino también, dónde la vivimos. En el confinamiento, durante el que estuvimos en casa más dos meses por prevención sanitaria, más de una familia echó de menos tener un balcón en el que salir a respirar un poco de aire o un patio en el que los niños pudieran jugar y desahogarse un poco.
Por eso, muchos españoles han decidido mudarse, a pesar de las dificultades económicas en las que también nos ha sumido la expansión del virus del covid19. Una solución para aquellos que quieran cambiar de casa, pero no quieran malvender la que ya tienen, son las hipotecas puente: un tipo de hipotecas que te permiten comprar una nueva vivienda sin necesidad de haber vendido la anterior.
Lo ideal, claro está, es vender la vivienda habitual para así cancelar la primera hipoteca y, además, poder afrontar el pago de la entrada de la casa nueva. Sin embargo, cuando la venta inmobiliaria no está pasando por su mejor momento, la hipoteca puente es una opción válida que te da tiempo para sacar la mayor rentabilidad posible a la mudanza.
Con esta hipoteca de doble garantía, el banco da la posibilidad de tener las dos casas al mismo tiempo y ofrece desde 6 meses hasta 5 años para poder realizar la venta de la antigua propiedad. Durante el tiempo que dure este puente, sólo se pagarán los intereses de los dos préstamos, para que los hipotecados puedan asumir el doble pago de las casas.
El problema llega si no se vende finalmente la casa en ese período de tiempo, porque las cuotas volverían a cantidad original y serían muy difíciles de pagar para una familia de clase media.