Nápoles es la ciudad elegida para la exhibición de los frescos de la ciudad de Pompeya. Este miércoles ya se puede disfrutar de ellos después de un proceso de restauración que ha durado más de 10 años. Se trata, probablemente, de la mejor colección de pintura romana del mundo.
Una colección compuesta por un total e 400 frescos que se vuelven a exponer en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles. Una obra conservada excepcionalmente por la ceniza del volcán Vesubio que arrasó esta ciudad en el año 79 d.C. Los frescos fueron arrancados de las paredes de las casas pompeyanas y trasladados al museo.
Colores antiguos y detalles nunca vistos se han desvelado gracias a los trabajos de limpieza y restauración de las obras. Un nuevo orden basado en tanto en la cronología como en la recreación del ambiente y disposición original de las viviendas pompeyanas de las que las pinturas fueron arrancadas.
La exposición pretende ser un viaje por imágenes a través del mundo greco-romano. Dioses, héroes, rituales, escenas de la vida cotidiana permiten al visitante considerar estas pinturas desde el punto de vista de imaginario. No sólo se exhiben las pinturas de la ciudad destruida por el Vesubio, sino que también tendrán su lugar en la exposición dibujos preparatorios, cuencos para la mezcla de los colores e instrumentos de medida.