Un gran tsunami hace 66 millones de años llegó a invertir el curso del agua de los ríos, por lo que los peces quedaron atrapados. Posteriormente, cayó una lluvia de esferas de vidrio de 5 milímetros y, unos 10 o 20 minutos después, un segundo tsunami cubrió a los peces de grava, arena y sedimentos dando lugar a un auténtico cementerio que ahora se ha destapado en Dakota del Norte.
El tsunami fue consecuencia del aterrizaje de un asteroide o cometa en la península de Yucatán en México, que habría creado un enorme cráter, llamado Chicxulub, en el fondo del océano creando una nube de roca vaporizada y polvo de asteroide. Esta envolvió la Tierra, preparando el escenario para la última extinción en masa.
El hallazgo, sobre el que ha trabajado en los últimos seis años el paleontólogo Robert DePalma, confirma sus sospechas iniciales. Este episodio apocalíptico no solo acabó con la vida de los peces, sino que llevó a la extinción de los dinosaurios en el final del Periodo Cretácico.
Así lo comunicó en la Universidad de Berkeley (EEUU), según news.berkeley.edu. Tanto él como otros geólogos que han participado en los trabajos del yacimiento describen el sitio, llamado Tanis, y la evidencia que lo vincula. "Es como un museo del fin del Cretácico en una capa de un metro y medio de espesor", cuenta Mark Richards, profesor de la Universidad de Berkeley.
En el cementerio de peces, que contiene troncos de árboles quemados, ramas de coníferas, mamíferos muertos, huesos de mosaurio, insectos, la carcasa parcial de un Triceratops, microorganismos marinos llamados dinoflagelados y cefalópodos, han hallado una capa de roca sedimentaria rica en iridio, un elemento común de los asteroides que podría haber sido arrastrado por el oleaje tras el tsunami y que explica esta nueva teoría de la extinción de los dinosaurios.
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