Es imposible olvidar el mayor atentado terrorista en suelo estadounidense. Nadie que contemplara entonces la insólita escena de un avión comercial impactando en la torre norte de Manhattan podía imaginar lo que pasaría después: 106 minutos desde el primer ataque hasta la caída de la segunda torre que dieron un vuelco a la historia.
Hubo miles de personas que sobrevivieron, y muchos de ellos se convirtieron en héroes por su actuación ante la tragedia. Es el caso de William Rodríguez, uno de los empleados de la limpieza del World Trade Center.
"Willy" no sólo fue el último en salir con vida de la Torre Norte sino que, gracias a la llave maestra que tenía, consiguió salvar a centenares de personas.
Era una de las cinco llaves que existían, pero solo consta que una de ellas, la de William, sirviera para salvar cientos de vidas. "Solo había cinco llaves maestras del edificio. Los jefes de mis jefes tenían cuatro y yo la quinta. Ellos se fueron corriendo", recuerda William. El no lo dudó y logró salvarse al saltar bajo un coche de bomberos justo cuando la Torre en la que él se encontraba se desplomaba.
En esa época, William limpiaba los 110 pisos de escaleras de una de las Torres Gemelas, la Norte. Ese día, raro en él, no subió al último piso para desayunar como acostumbraba. Todos sus amigos que sí lo hicieron perdieron la vida y el impacto emocional le quiebra la voz.
Fregona y llave maestra, con eso William luchó contra el desastre y abrió todas las puertas que daban a las escaleras de emergencia. Casi nunca se usaban, en un edificio con casi cien ascensores. Aquel día, quedaron inutilizados.
Considerado un héroe y condecorado, William no se ve como tal porque para él los héroes son los que perdieron la vida ese día tratando de salvar la vida a los demás. "Yo soy un superviviente y todavía tengo estrés postraumático. Sufro la angustia de vivir el 11-S todos los días", reconoce emocionado.