Hablamos de un avance que parece ciencia ficción. Porque los científicos y médicos ya están desarrollando los primeros úteros artificiales. No. No sustituyen al de una mujer. Están pensados para los bebés prematuros, los que nacen en torno a la semana 23. Simulan una placenta, con el líquido amniótico y hasta consiguen que el bebé bombee su propia sangre.