Hoy se ha despedido a los dos periodistas españoles asesinados esta semana en Burkina Faso por un grupo yihadista. Esta mañana era incinerado en Valladolid Roberto Fraile, y esta tarde se oficiaba en Artajona, Navarra, el funeral por David Beriain; reportero y viajero incansable por multitud de conflictos a los que, hoy en día, ya apenas acude la prensa internacional en un mundo en el que todo llega por redes sociales, también la desinformación. Ellos, sin embargo, querían trabajar sobre el terreno aunque fuera un terreno lejano y lleno de peligros.
Es una de las pocas imágenes en la que les vemos juntos, hace ya once años en Afganistán. David Beriain y Roberto Fraile, delante y detrás de la cámara, en las tripas de la guerra, en todos los infiernos y conscientes siempre de los riesgos. Detrás del miedo, la fuerza de la curiosidad, para ponerse en la piel del otro, para intentar entender. Realizaban un periodismo vocacional sin el respaldo de los medios convencionales sorteando todos los obstáculos.