España se quita la mascarilla para salir a la calle. O al menos se la puede quitar, desde la medianoche y siempre que se puedan respetar las distancias de seguridad de metro y medio. Nueva cita con la historia. Como si fuera fin de año, mucha gente celebró el fin de la mascarilla por la calle a las doce en punto. Sin embargo, esa efusividad del momento y la alegría, se mezclan con cierta cautela generalizada. Lo que se ha perdido ya es el miedo a las sanciones pero la mascarilla no solo es un instrumento sanitario sino que también cambia de nuevo la forma de relacionarnos.
Trece meses después, desde esta pasada medianoche, ha dejado de ser obligatorio el uso de las mascarillas en espacios exteriores siempre que podamos garantizar el metro y medio de distancia. Recuperamos sensaciones perdidas en un paso más en el camino hacia la ansiado normalidad perdida. La mascarilla deberá seguir usándose en espacios de interior, como oficinas, bares, restaurantes o comercios. También en el transporte público, ya sea el metro, el tren o el avión. Hoy esta siendo un día liberalizador para muchos aunque no para todos ya que los hay que no se fían.