La pesadilla y el sufrimiento de las víctimas del aceite de colza: piden reparación moral por las secuelas
Luchan por una reparación moral por los que ya no están y por los que están sufriendo una enfermedad rara que afectó a 20 000 personas
El envenenamiento masivo con aceite tóxico provocó 5 000 muertos y cerca de 20 000 afectados en España
La mayoría de las víctimas estuvieron en Madrid y comunidades cercanas
Desamparo y humillación es lo que aseguran haber sufrido los cuarenta años las victimas de la colza por parte de la administración. Miguel Ángel, Carlos y Carmen sobrevivieron, con graves secuelas, al envenenamiento masivo con aceite tóxico que provocó 5 000 muertos y cerca de 20 000 afectados en España.
El 1 de mayo de este año se cumplieron 40 años del primer caso del síndrome del aceite tóxico de colza. Provocó 5 000 muertos y cerca de 20 000 afectados en España. La mayoría de las víctimas estuvieron en Madrid y comunidades cercanas. Es una de las mayores crisis sanitarias grave de finales del siglo XX.
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Solo fueron a la cárcel dos empresarios de los más de una treintena juzgados. En un segundo juicio se declaró al Estado como responsable civil subsidiario encargado de indemnizar a las víctimas. Indemnizaciones que fueron desde 90.000 a 300.000 euros.
El martes seis personas de la plataforma Seguimos Viviendo que agrupa a las víctimas de toda España se encerraron en el Museo del Prado, delante del cuadro de 'Las Meninas', para reivindicar el desamparo, la humillación y el olvido por parte de la administración durante estas cuatro décadas. 40 años, aseguran, condenados a vivir como en 1981. Quieren reparación moral. Pedían una reunión con el presidente del Gobierno. Amenazaron con quitarse la vida tomándose unas pastillas cada cierto tiempo. Fueron desalojados y dos de ellos detenidos y puestos en libertad después.
Tres historias marcadas por tomar un producto que estaba adulterado con anilina, un auténtico drama. Se tardó 43 días en saber qué fue lo que les enfermó. Muchos de ellos denuncian que recibieron una indemnización que solo le dio para adaptar su vivienda, cualquier tratamiento no farmacológico, que necesita para sus patologías, sale ahora de su bolsillo.
Un ejemplo es el de Carmen que se da una sesión de fisioterapia una vez a la semana. Lo costea ella, por eso, no puede permitirse más. Carmen fue una de las detenidas el pasado martes tras protestar dentro del museo del prado. Luchan por una reparación moral por los que ya no están y por los que están sufriendo una enfermedad rara que afectó a 20 000 personas.