Situación grave la que se vive en la localidad de Llíria, en Valencia, con casi todos sus residentes contagiados. Más de un centenar y, también, trabajadores. Así que ahora mismo falta personal sanitario. Tamara viene a ver a su abuelo en una residencia asolada por un brote masivo de coronavirus. En tan solo unos días, más de 100 infectados. Entre ellos, su abuelo. Casi con lágrimas en los ojos cuenta que le sacó de otra residencia de la zona, conocida como "la de Los Horrores" por los golpes y palizas.
Le trajo a esta porque no había tenido ningún caso en la primera ola. De lo que puede pasar dentro, nos habla una interna en silla de ruedas. Se llama Alicia y se ha escapado para fumar un cigarro. Nos cuenta que una compañera se ha caído y, en seguida, se la llevan para dentro. Hace un rato, esta era la imagen en la residencia: bomberos y equipos de desinfección haciéndose cargo de las instalaciones, ante la mirada de los ancianos y con algún compañero al que evacuaban en una ambulancia.
Porque en tan solo 24 horas, todo puede torcerse. Como en Mos, en Galicia, donde han pasado de 20 a 110 contagios en una residencia privada, la mayor de toda la comunidad. Un color rojo que vuelve a teñir las residencias: en Cataluña, en solo tres semanas el número de brotes en ellas, se ha multiplicado por cinco.
En Asturias, están desbordados y el Principado va a seleccionar a mil desempleados para reforzar las plantillas de sus centros de mayores. Otro dato desolador: esta semana seis de cada diez fallecidos en España por covid eran ancianos de residencias. Por eso, el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos ha calificado de "urgente" mejorar la atención en estos centros. Piden una coordinación constante con Sanidad y una sola solución.