Una de lo primeras advertencias cuando estalló el volcán de La Palma fue que la gente no se acercase a la zona y se arriesgase para tomar fotos. Afortunadamente, salvo algún caso aislado, como el de un joven tocando con la mano una roca de lava, no se ha producido ningún incidente reseñable. Sin embargo, cada vez más a menudo se conocen casos de accidentes de personas por tomarse selfies.
La última de ellas, la trágica muerte de una joven que se subió a una barandilla en Benidorm para tomarse una foto de la cayó despeñándose y muriendo días después. Con los teléfonos convertidos en cámaras algunas personas parecen que se quieren fotografiar constantemente o captar cualquier momento que les rodea.
Para psicólogas como Marta del Prado lo que esconde este comportamiento es “una baja autoestima y al mismo tiempo narcisismo puede parecer términos contradictorios pero no lo son en este caso ya que baja autoestima porque buscan la aprobación de los demás y narcisismo porque la persiguen exhibiéndose al máximo”.
Por su parte el también psicólogo Javier Urra señala que importante que “los que se comportan de esta forma deben entender que “hemos de hacer para que los jóvenes entiendan que para la mayoría de la gente lo que hagan los demás nos importa poco esa es la verdad pese a lo que uno crea”.
Sin embargo, incapaces de hacer este esfuerzo de humildad pero capaces de todo por hacerse una buena foto.