En Barcelona se celebró ayer un concierto permitido y, en otras ciudades, pasó lo que está sucediendo cada fin de semana. Algunos excesos en la calle, con botellones y fiestas ilegales. Mientras, sigue la polémica por la forma en la que la Policía entró derribando la puerta. Según la Policía ,además de la infracción por la fiesta, se había cometido un delito de desobediencia, al no querer identificarse los ocupantes ante los agentes. Sin embargo, los juristas consultados por este programa consideran que fue un allanamiento.
La Policía Local de Alicante desaloja a 30 personas que incumplen todas las normas sanitarias. En el interior se estaba celebrando una fiesta clandestina con gente bailando, bebiendo, fumando, sin utilizar mascarillas y sin respetar ninguna de las medidas. El organizador se enfrenta a infracciones graves, con multa de 30.001 a 60.000 euros y acumulativamente hasta 600.000 euros. La noche del sábado acaba con 139 personas sancionadas.
En Madrid, continúa la polémica por la actuación policial en un piso. La policía irrumpe con ariete en esta fiesta en una casa de Madrid hace una semana. Fuentes policiales aseguran que se trataba de un piso de alquiler turístico información que, según una asistente a la fiesta, es falsa, sería un alquiler de larga estancia. Aunque en ningún caso justificaría ese tipo de entrada. De las 14 personas que había en el piso, 9 fueron detenidas y han sido sancionados por celebrar una fiesta ilegal, los asistentes van a recurrir y denunciar esta actuación policial.