El grifo se va a cerrar. El Banco Central Europeo ha dicho que a partir de julio no va a comprar más deuda pública de los países. La nuestra es de un 122%. Es decir, debemos mucho más de lo que producimos. Así que las consecuencias son claras: o pedimos dinero prestado más caro o se suben impuestos o se reduce el gasto público.
Poco más de la mitad del gasto del Estado se lo llevan pensiones el paro, sueldos públicos y deuda que no se puede dejar de pagar por ley. ¿Dónde recortamos? Francisco de la Torre es economista, inspector de Hacienda y autor del libro '¿Hacienda somos todos?' (Ed. Debate) y nos recuerda que el pago de impuestos nos permite tener la sociedad que tenemos por ejemplo salir de la pandemia al contar con vacunas suficientes, etc. si bien reconoce que pueden venir meses difíciles.
Por su parte, el profesor de economía de la Universidad Comillas-Icade, Luis Garvía, nos recuerda lo que pasó en la crisis de Grecia: “Recortaron en pensionares y gasto de funcionarios. En España, el número de empleados públicos ha alcanzado su récord con más de 3,4 millones”.
De hecho, ante la incertidumbre económica se ha convertido en la salida laboral preferida. Tanto, que hemos visto como en una reciente oposición a operario del Ayuntamiento de Madrid en la que ni siquiera se solicitaba el graduado escolar se presentaban licenciados universitarios. El caso es que según datos de la EPA publicados en el INE, en 2018 había 3 150, 5 (miles) de trabajadores públicos y en 2021 creció a 3 449,1 (miles).
Sin embargo, ¿cómo es posible que pese a crecer en empleados el total de horas efectivas descendiese en 2021? De la Torre lo justifica por el aumento del teletrabajo y la dificultad para contabilizar esas horas.
En cualquier caso, España está ligeramente por debajo de la media de los países de la OCDE en número de funcionarios. ¿Habría que reestructurar la función pública? Un estudio de la CEOE señala que se pierde 60 000 millones de euros por burocracia y duplicidades. Además, considera a la administración española entre las más ineficientes de las economías desarrolladas, al nivel de Hungría, Eslovaquia o Grecia, y muy lejos de las principales economías globales. Si bien Francisco de la Torre considera que es un estudio que presenta algunas lagunas. En cualquier caso, como señala Andrés García con la retirada de compra de deuda del Banco Central Europeo habría que mejora la racionalización y eficiencia del sector público.