Las relaciones hispano-marroquíes siguen en el atolladero y la ministra de Asuntos Exteriores guarda silencio sobre las últimas declaraciones de su homóloga desde Rabat. En un acto de los socialistas vascos, González Laya se ha limitado a pedir a Marruecos que sea corresponsable en la gestión del fenómeno migratorio. Ayer, la embajadora, Karima Benyaich, llamada a consultas este martes, se pronunció por primera vez sobre la crisis con España. Y lo hizo con una advertencia: si el líder del polisario sale de España como entró, es decir, en secreto, las relaciones entre ambos países irán a peor.
El líder saharaui, Brahim Ghali, llegó al aeropuerto de Zaragoza el pasado 18 de abril en un avión medicalizado. Aterrizó en la zona militar. Varios medios coinciden en que no hay registro de que pasara por ningún control fronterizo, ni aduanero, así que se desconoce si llevaba pasaporte y de dónde era. En ambulancia y fuertemente escoltado por Guardia Civil llegó al hospital de Logroño, donde ingresó, según publica el diario digital 'NIUS', como un extranjero de nacionalidad desconocida, con número de pasaporte no contrastado y nombre falso, el de Mohamed Bembatouche.
Ghali tiene causas pendientes en la Audiencia Nacional por delitos como detención ilegal, torturas o terrorismo. El juez Santiago Pedraz ha citado a declarar a Ghali el próximo 1 de junio.