Es el problema que se ve venir desde lejos y que, sin embargo, pasa de legislatura a legislatura sin que se termine por resolver: el sostenimiento de las pensiones. A no ser que haya un pacto de Estado ningún partido quiere asumir el coste político de hacer lo inevitable: alargar nuestra vida laboral. España gastó 10 798,09 millones de euros en abril de 2022 en pensiones. La cifra sube mes a mes. Con la llegada a la jubilación de los nacidos en el baby-boom (1957-1977) la pirámide demográfica en España se dará la vuelta. Las cuentas son bien fáciles. Redondeando, si hoy por cada pensionista hay tres trabajadores que sostienen su pensión en el 2050 será solo uno el que lo haga y eso contando con que nos lleguen unos 8 millones de inmigrantes.
Como señala José Ignacio Conde-Ruiz catedrático de la Universidad Complutense y subdirector de Fedea (Fundación de Estudios de Economía Aplicada), “se tiene que ir ampliando la edad de jubilación de un forma completamente flexible. No se trata de pasar radicalmente de 40 horas semanales de trabajo a 0 como ahora. Tendrá que ser de forma muy escalonada a lo largo del tiempo: 30, 20, 10 horas etc. La gente puede pensar que ¿cómo se puede alargar la edad jubilación? ¡Quitarán puestos de trabajo a la gente joven! Pero esta jubilación flexible es con vistas a 20 o 30 años cuando habrá menos gente para trabajar”.
El Consejo General del Notariado tratará en un gran congreso nacional en Málaga los días 19 y 20 de mayo el envejecimiento. Allí llegarán 400 expertos desde diferentes puntos de España para abordar el asunto. “Para nosotros es el mayor reto que nos enfrentamos como sociedad”, señala Carmen Boulet, notaria y participante en las jornadas. Boulet nos recuerda también bastantes instrumentos jurídicos para conseguir ingresos extras mientras cobramos la pensión (renta vitalicia, cesión de bienes a cambio de alimentos, hipoteca inversa y venta de la nuda propiedad) y otros para autonomía personal (poderes preventivos, medidas voluntarias de apoyo, autocuratela o testamento vital). En cualquier caso, como señala Juan Oliva, profesor de Economía de la salud en la Universidad de Castilla-La Mancha “la clave para el futuro de las pensiones es llegar dentro de 20 o 30 años en las mejores condiciones de salud pero para ello hay que tomar medidas ahora mismo”. En este sentido la lucha contra el tabaco, contra la contaminación o la obesidad infantil son fundamentales. También lo son las medidas para fomentar la natalidad como acabar con la precariedad laboral. Todo, aunque parezca lejano, tiene que ver con el futuro de nuestras pensiones.