En el estado sureño de Florida, el coruñés Emilio González no ponía problemas para servir en su bar a un hombre negro, impensable en esos años difíciles años 30 para la gente de color. Tan mal vista la falta de prejuicios de Emilio como los que una europea, española para más señas, la abulense Bernarda Camaño formase en Hawai una familia con un asiático, uno de sus hijos además fue un afamado fotógrafo de guerra.
Por cierto, seguramente no lo sepan, pero uno de los primeros bares que se abrieron en Manhattan tras finalizar la ley seca en 1933 fue el Roosevelt Tavern, lo llevaba Andrés Sánchez, otro español. Y como estas tantas buenas historias que se han ido olvidando. Algunas más les mostramos en el vídeo.
En las películas sobre los principios y mediados del SXX ambientadas en EE.UU siempre aparecen italianos, irlandeses, etc. ¿Pero que pasó con los españoles? ¿No había?, quizá menos que ellos; pero por ejemplo, en 1918 llegaron unos 100.000, después otros 20.000 etc. como señala James D. Fenández uno de los comisarios de la exposición “Emigrantes invisibles” que actualmente se expone en el Centro Cultural Conde Duque en Madrid. Junto con Luis Argeo, ha recreado una de las mejores exposiciones que se han hecho ahora sobre el fenómeno de la emigración.
Ambos, Luis Argeo y James D. Fernández, llevan trabajando unos 10 años recopilando, fotos, vivencias, objetos de la historia de los españoles en EE.UU. María Dueñas, trató en su novela 'Las hijas del Capitán' la emigración española en Nueva York de 1936. Como ella señala, hasta ahora la emigración se había estudiado con trabajos regionales “la comunidad valencia en tal sitio, la de un pueblo de Almería en otro, etc. pero nunca se había tratado de una forma global y completa como han hecho magníficamente Argeo y Fernández”.
Al final, cierto provincianismo en la investigación de nuestro pasado nos ha privado de la verdadera envergadura que tuvo nuestra emigración a lo largo del mundo. Los españoles que se fueron a Estados Unidos huyeron del hambre y la miseria, pero nunca olvidaron a los que se quedaron en España. Por ejemplo, podemos ver una carta entre familiares en la que se hablaba del hilo y las agujas para poder coser que enviaron a familiares que se quedaron en España.
Hubo vidas de éxito en cuyo seno nacieron leyendas del béisbol o truncadas de raíz como Franckie Cabo, sus padres asturianos vieron como a sus 5 años lo mató un disparo accidental de un granjero. La muestra está patrocinada por la fundación Consejo España-EEUU que lleva desde 1997 con el objetivo “Mejorar el reconocimiento recíproco y las respectivas imágenes de EEUU en España y de España en EEUU”, sin duda con esta exposición lo ha conseguido.
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