Pablo Casado ha sido el último de la nueva generación de políticos que después de un ascenso fulgurante ha visto su carrera acabar de forma repentina. Pablo Iglesias y Albert Rivera también se jubilaron de sus responsabilidades cuando aún no había cumplido 45 años.
Cada uno de ellos se ha marchado en circunstancias distintas, pero lo que los politólogos se preguntan es si hay algo en común que explique esta constelación de estrellas políticas tan fugaces a pesar de su juventud. Les hemos preguntado a los expertos si su brevedad se puede imputar a cierta inmadurez política o si hay otros factores.