El Jefe Supervisor de Bomberos del SEPA, Eduardo Rubio, ha dado cuenta este sábado de los trabajos que desde las 8.30 de esta mañana se han reanudado para tratar de localizar al operario de la maquina quitanieves que permanece desaparecido tras ser sepultada la fresadora por un enorme alud en San Isidro, en Aller. Rubio ha indicado que son 80 personas de grupos altamente especializados en montaña las que tratan de localizar al operario.
"Desde las 8.30 de la mañana nos hemos vuelto a reunir todos los equipos de la búsqueda, Bomberos, Greim y los miembros de la Unidad Militar de Emergencias, UME, que se han unido a los trabajos", ha explicado a los medios de comunicación.
El supervisor ha recordado que los trabajos finalizaron ayer a altas horas de la madrugada, cuando después de localizar fallecido a uno de los operarios, lograron también rescatar a las familias de los dos vehículos que quedaron atrapados bajo las viseras.
"En esos momentos ya suspendimos el operativo porque era muy inseguro seguir trabajando en la zona. Ahora un grupo de 10 personas analizan si es seguro meternos bajo la ladera a trabajar para centrarnos en buscar en la zona donde creemos que está la máquina y el compañero que falta", ha explicado.
Los trabajos son muy complicados ya que el riesgo de aludes en la zona es de nivel 4. En este sentido ha manifestado que durante los trabajos de esta pasada noche se produjeron varios aludes. Por ello ha insistido en que se hace necesario garantizar la seguridad de nuestros rescatadores. Si las condiciones lo permiten y vemos que es seguro trataremos de meter más equipos en la zona
Rubio ha recordado que el primer aviso del suceso se produjo en torno a las 16.30 de la tarde de ayer viernes, pero no fue un aviso claro y no se consiguió hablar con los operarios. Fue ya cerca de 17.00 horas cuando ya supieron de la gravedad del alud y de que el mismo había atrapado a una máquina fresadora, además de que otra persona se había visto afectada en la vertiente leonesa.
"Llegar hasta el alud principal fue muy complicado y los dos últimos kilómetros fue necesario hacerlos a pie. No fue hasta casi las 03.00 de la madrugada cuando la fresadora de la vertiente asturiana pudo llegar a la zona de las viseras donde había familias atrapadas. El riesgo constante de aludes obliga a trabajar muy despacio y personal muy especializado", ha indicado.