Un E3 autocomplaciente
Cada poco se cuestiona si el E3, la feria del videojuego más importante del mundo, seguirá celebrándose en Los Angeles pero ahí sigue. La ciudad californiana es sinónimo de sol y vida sana. También tiene el tan manido título de la meca del cine y sigue siendo la capital mundial del videojuego, al menos durante unos días.
Como si de una final se tratara, hasta ella llegan seguidores de todo el planeta luciendo los colores de sus 'equipos' preparados para recibir baterías de anuncios de futuros lanzamientos. Muchos sin fecha. Es como si Hollywood concentrara durante tres días a lo mejor de sus actores y directores en un mismo sitio. Con la salvedad de que los videojuegos generaron el año pasado más de 108.000 millones de euros y el cine unos 40.000.
Un sector que está madurando. Que no tiene miedo de normalizar la diversidad en sus títulos. Playstation, la todopoderosa compañía de Sony se permite, incluso, promocionar su próximo blockbuster The Last of Us Part II con un trailer donde aparecen dos mujeres besándose. También empiezan a aparecer tímidamente proyectos sociales como el Xbox Controller Adapter, un mando con el que la compañía de Microsoft quiere darle acceso a los juegos a personas con discapacidad. Es lo poco destacable de un evento, por otro lado, abarrotado de visitantes. Unas 70.000 personas han reventado el Centro de Convenciones de Los Angeles.
No todo está dentro. A las puertas del E3, en un aparcamiento y entre caravanas, cerveza gratis y perritos, está el sitio de los juegos independientes. Allí es donde aparca Devolver Digital, que de nuevo ha tenido su propia presentación cargada de crítica contra el sistema actual de producciones de gran prespuesto. Según su cofundador, Harry Miller, "es muy fácil caer en el modelo de mercado de Hollywood de las superproducciones, que es maravilloso, pero que al final no deja de ser todo lo mismo. Los juegos indie aportan muchas ideas a la industria".
En un año sin presentaciones de consolas nuevas y muchas secuelas (Assassins Creed Odyssey, Rage 2, Fallout 76...), la feria no ha destacado por las novedades pero sí, con escasas excepciones (Dreams) por reafimarse en modelos y mecánicas de juego muy manidas. De nuevo un E3 autocomplaciente a la espera de los anuncios que hagan las compañías en sus propios eventos (Playstation Experience) y con las esperanzas puestas en la próxima edicion del E3 que en 2019 será la número 25.