Otras casas reales también saben lo que es estar bajo sospecha y ser investigadas por escándalos económico-financieros. Algunos de sus miembros no siempre han respetado la peligrosa frontera entre los negocios y el tráfico de influencias. Es el caso, por ejemplo, de las Coronas de Bélgica, Holanda y Reino Unido, que, en los últimos años, han protagonizado sonadas polémicas.