El presidente de Austria, Alexander Van der Bellen, ha pedido unidad a los ciudadanos después del malestar generado por la imposición de nuevas restricciones, entre ellas el confinamiento nacional y la obligatoriedad de la vacuna contra el coronavirus, que servirán para "salir de la cuarta ola masiva de COVID-19".
El confinamiento entrará en vigor el lunes en todo el país, si bien finalizará para aquellos que estén vacunados o hayan pasado la enfermedad el 13 de diciembre. Para el canciller del país, la decisión del confinamiento ha llegado "tarde", pero ha sido la correcta ya que la situación "simplemente no podía seguir así".
Este sábado el país ha registrado 15.297 contagios, un poco por debajo del máximo de 15.809 registrado en la víspera, pero la incidencia semanal rebasa ya los 1.000 casos por cada 100.000 habitantes. Otras 42 personas han fallecido en las últimas 24 horas y actualmente hay 2.881 personas en tratamiento hospitalario por coronavirus, 524 de ellas en unidades de cuidados intensivos, según el último balance del Ministerio de Salud.
"No nos dividamos", ha solicitado Van der Bellen en un discurso televisado en el que ha alertado de que "las reacciones (a las medidas) no deben estar dominadas por la ira, el dolor, y el resentimiento, sino por la constatación de que solo las restricciones a la circulación de personas pueden acabar con la cuarta ola masiva de coronavirus que afecta a Austria".
Para el presidente, la decisión del confinamiento ha llegado "tarde", pero ha sido la correcta ya que la situación "simplemente no podía seguir así".
El país se convierte así en el primero en Europa en imponer la obligatoriedad de la vacuna, el mismo día en el que se han notificado cerca de 16.000 nuevos contagios, anotando un nuevo récord de casos.