En Alemania, sigue habiendo más de un millar de desaparecidos pero, probablemente, la mayoría son personas que quedaron incomunicadas tras las lluvias torrenciales. De hecho, aún hay muchos cortes de suministros de luz, red telefónica y agua potable. Es decir, en la zona hay un panorama desolador.
Más que una inundación, esto es una apocalipsis, decía la alcaldesa de Altenahr, después del paso del temporal por un pueblo de 1870 habitantes en el estado de Renania Palatinado. Altenahr es un pueblo destrozado. La calle principal se ha convertido en un auténtico almacén.
Bares convertidos en pilas de vegetación y casas arrasadas. Los habitantes de esta localidad pasaron mucha angustia y todavía no dan crédito a lo que vieron. Los efectos son todavía más devastadores cuando nos acercamos al río Ahr. El río triplicó su caudal y la fuerza del agua hizo ceder una plaza entera, levantar tejados y llevarse por delante parte de una estación de tren.
Altenahr era una población muy turística. El paso del río Ahr era precisamente uno de sus encantos. Hoy, todo se traduce en esto. Hoteles que han desaparecido por culpa de la fuerza del agua.
Las inundaciones se han provocado solo en esta zona la muerte de más de 100 personas y centenares de vidas rotas que tardaran años en recuperar la normalidad.