La estadística demuestra que los delitos sexuales han aumentado de forma significativa. En lo que va de año el número de violaciones ha incrementado un 30 por ciento, un aumento también si lo comparamos con los años de antes de la pandemia. Además, las agresiones que se denuncian son mucho más violentas, como ha ocurrido con la menor de Igualada.
De hecho, solo horas más tarde, otra mujer, esta vez en Lleida, denunciaba otra violación. Los Mossos d’Esquadra han detenido ya al agresor. Cada día se da parte de tes violaciones en Cataluña. Es la comunidad con más casos, solo en lo que va de año 462 mujeres han denunciado allí ser víctimas de delitos sexuales, incluidas violaciones.
El balance del Ministerio del Interior desde enero pone los pelos de punta: las agresiones sexuales con penetración han aumentado en un 30 por ciento con respecto a 2020, un 14 por ciento si comparamos con 2019 cuando no había pandemia ni confinamiento. El ministro, Fernando Grande-Marlaska da esta explicación: “Consecuencia de que ha habido una infradenuncia en estos delitos y ahora hay muchísima menos tolerancia a cualquier tipo de hecho delictivo”.
Las mujeres más concienciadas denuncian más, pero aún son pocas: solo el 11 por ciento señala a unos agresores cada vez más violentos y en muchas ocasiones violadores en manada.
“La víctima puede que no quiera denunciar, pero sí que es verdad que los médicos dan cuenta siempre que es atendida y eso cuenta para las estadísticas”, apunta el inspector de la Policía Nacional José María Benido.
Pero, ¿qué hay detrás del comportamiento de esos depredadores sexuales? Una nueva masculinidad frustrada que no ha encontrado su sitio. “Hay hombres que no saben gestionar esa frustración por esa pérdida, que han sido educados en un modelo machista que ya no funciona y la única forma que saben de gestionar esa rabia es mediante la agresión al colectivo del género femenino”, señala Enric Soler, psicólogo relacional y tutor de Psicología de la UOC.