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El 13 de enero se celebra el Día Mundial de Lucha contra la Depresión, un trastorno que ha aumentado de forma preocupante. Se estima que hay dos millones de personas que lo padecen de manera recurrente y suma, cada año en España, 44.000 nuevos casos, entre ellos cada vez más jóvenes. La depresión tiene cura, pero es un proceso largo y que en el camino produce mucho sufrimiento.
La angustia acompaña a Regina de Mora desde hace 15 años. “La desesperación, el sentir que ya no puedes más con tanto dolor, con tanto sufrimiento, porque las personas con depresión, al menos yo, no vivimos, respiramos”, expresa.
María del Monte Plaza lleva tres años con depresión. “De ingresos, de intentos de suicidio, de un calvario. Notaba tristeza, ganas de estar en la cama siempre”, asegura.
“Es una tristeza muy profunda y además se ve en la mirada de la persona”, explica la Inmaculada Remesal, psicóloga, sobre una mirada poco comprendida.
Esto genera más daño y es tema recurrente en las terapias de grupo, porque está en el centro del problema. “Necesitamos mucho afecto, mucho cariño, mucho apoyo y, por supuesto, comprensión”, dice Regina de Mora. “No juzgues, no critiques porque tú por suerte no sabes lo que es la depresión”, pide.
La depresión tiene cura. De hecho, "la mayor parte de la gente con depresión sale de los episodios depresivos. Algunos para siempre, por suerte, y otros salen un tiempo y si se repiten las circunstancias vuelven a caer, pero pueden recuperarse de nuevo, pero tiene cura”, asegura Jaime del Corral, psiquiatra clínica San Juan de Dios.
Sin embargo, en el camino, está detrás de muchos de los suicidios. Es el gran problema de la depresión. Hay un 15% aproximado de gente que acaba suicidándose.
Destaca también el crecimiento exponencial entre los adolescente desde la pandemia. “Algo en la configuración del orden social que estamos haciendo les está estresando a este colectivo y les está haciendo experimentar un mayor desgaste mental del que experimentaron sus padres o sus abuelos”, indica Jaime del Corral.
Muchos de estos jóvenes forman ya parte de los dos millones de personas con episodios de depresión aguda en España.