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El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha anunciado que Israel está preparado para una nueva fase de la guerra desatada hace una semana tras los ataques de Hamás. El ultimátum ha terminado, pero no hay cifras de cuantas personas han podido o querido salir del norte de Gaza antes de que entren a sangre y fuego las tropas israelíes para acabar con Hamás.
Durante el sábado, han continuado los bombardeos sobre Gaza, en una guerra que deja ya más de 2.200 muertos en territorio palestino y 1.400 en Israel, además de un centenar de secuestrados y casi 9.000 heridos.
La ONU advierte de que obligar a más de un millón de personas a desalojar sus casas solo lleva a una catástrofe y más aun cuando no tienen ya casi agua potable, ni energía, ni a donde ir. ero Israel se muestra por ahora inflexible en su empeño por acabar con Hamás a cualquier precio. El Ejército israelí ha anunciado que atacará Gaza por “tierra, mar y aire”.
Precisamente, el hospital de Deir Al Balah en el centro de Gaza ha sido escenario este sábado de uno de los peores ataques. La mitad de los habitantes de la Franja son niños y pagan el precio de la guerra. Pequeños ensangrentados sin entender por qué les ha tocado sufrir así.
Es una huida bajo las bombas, el éxodo imposible de más de un millón de personas desde el norte de Gaza. Y el tiempo se ha agotado. El ultimátum israelí ha vencido a las tres de la tarde. Decenas de miles de civiles se han marchado hacia el sur, pero la mayoría no ha podido escapar, como Islam Hamdan, palestina con nacionalidad española.
“Yo no tengo a nadie en el sur de la Franja de Gaza y no sé cómo podría llegar de forma segura porque no tengo coche. El trayecto es muy largo y no es seguro porque está un poco más cerca de la costa, pero sigue el bombardeo. No voy a ir a lo desconocido. Sabes que lo desconocido da mucho miedo”.
No se marcha tampoco el personal médico del hospital de Al Awda, uno de los más importantes. 35 médicos y enfermeras enfrentados a una situación catastrófica. Según el Ministerio de Sanidad de Gaza, los muertos son ya más de 2.200, entre ellos, 724 niños. Hay casi 9.000 heridos.
Israel ha anunciado dos corredores seguros, por la costa y por la principal carretera de la franja, justo la misma vía en la que ayer bombardeaban un convoy de civiles huyendo hacia el sur.
BBC ha podido confirmar este bombardeo grabado por los propios testigos. Deja al menos 12 víctimas mortales, otras fuentes aseguran que son 70.
La relatora especial de Naciones Unidas sobre los Territorios Palestinos Ocupados, Francesca Albanese, ya ha avisado de que los palestinos corren un grave peligro de acabar como víctimas de una nueva "limpieza étnica en masa" que haría palidecer a la Nakba (la Catástrofe), esto es, la huida de cerca de 700.000 personas de sus hogares --hacia Cisjordania, la Franja de Gaza y países de la región-- tras la creación en 1948 del Estado de Israel.
Hace ya cinco días que a Gaza no entra agua, ni comida. Tampoco combustible ni electricidad. La ayuda humanitaria ha llegado a Egipto, al otro lado del paso de Rafá, cerrado como todas las fronteras de la Franja.