Una semana y media después del desastre que arrasó el estado de Hawái, en Estados Unidos, y que causó más de un centenar de fallecidos, los trabajos de identificación de las víctimas de los incendios avanzan lentamente y con gran dificultad puesto que muchos de los restos encontrados son irreconocibles y muy pocas veces se encuentran huellas dactilares.
De los 106 rescatados sólo se ha conseguido identificar a cinco pese a que se cuenta con toda la ayuda tecnológica y humana, incluidos los científicos de la compañía ANDE, con sede en Colorado, que han dispuesto aparatos que analizan el ADN y procesan los resultados en menos de dos horas.
A las labores de búsqueda se ha unido un equipo de 20 perros expertos en el rastreo de cadáveres. Los que consiguen recuperar, pasan a una morgue móvil de 22 toneladas instalada en la zona. Se trata de una unidad 'post mortem' del Gobierno federal que cuenta con mesas de análisis, equipos de laboratorio y hasta máquinas de rayos X.
La Policía ha tenido que realizar una desgarradora petición a los familiares de los desaparecidos: que presenten hisopos de ADN en un centro comunitario con el objetivo de cotejarlos con los cuerpos sin vida que se vayan rescatando. Por el momento, 41 personas han entregado las muestras que ya se están comparando con los perfiles de ADN de al menos 13 muertos.
La cadena de televisión norteamericana NBC se hizo eco de una demanda presentada contra la principal empresa de servicios del archipiélago, acusándola de negligencia por no apagar el sistema eléctrico antes de los fuertes vientos que azotaron Hawái la semana pasada.
El presidente estadounidense, Joe Biden, anunció que viajará este próximo lunes, 21 de agosto, a Maui para visitar la zona afectada por los incendios más graves que ha vivido el país en el último siglo. En dicha isla, 2.200 estructuras, el 86% de ellas residenciales, quedaron dañadas o destruidas.