Miles de pensionistas vascos han vuelto a salir este sábado a las calles de Vitoria-Gasteiz, San Sebastián y Bilbao para reclamar un aumento de las pensiones y situar la cantidad mínima en 1.080 euros y 14 pagas.
Dicha petición, para "acabar con la brecha de género", como indica María, una de las manifestantes, es la que vienen haciendo ya en los últimos cinco años. Además, asegura que las elecciones del 23 de julio suponen también un día de "movilización social" para frenar a aquellos que están pensando en los recortes.