En Nigeria, las fábricas de bebés son una triste realidad. Las últimas operaciones contra el tráfico de personas han permitido liberar a 30 mujeres embarazadas y dos niños en estos centros clandestinos. Los traficantes atraen a las mujeres con falsas promesas de empleo. Muchas jóvenes solteras llegan con un embarazo no deseado, otras son violadas para vender después a su bebé a parejas que no pueden tener hijos, también a redes de explotación sexual o para rituales de magia negra.
La venta de recién nacidos es solo una parte del tráfico ilegal de personas en Nigeria donde este negocio sigue siendo uno de los delitos más comunes. Las llamadas fábricas de bebés son, quizás, una de las partes más aterradoras de este negocio. Esta semana, las autoridades nigerianas han desmantelado dos de estos lugares. A menudo, camuflados como maternidades privadas u orfanatos en los que las mujeres son tratadas como ganado y sus bebés como crías que serán vendidas al mejor postor.
En el año 2006 la UNESCO acuñó el término "fábricas de bebés" para referirse a estos casos de Nigeria en los que los traficantes de personas montan centros clandestinos donde a través de engaños atraen a mujeres jóvenes vulnerables con embarazos no deseados, a las que ofrecen una solución a un problema en un país donde ser madre soltera es un estigma.
En algunos casos las jóvenes han sido secuestradas hasta estos centros clandestinos donde han sido violadas para dejarlas embarazadas por hombres contratados para ese fin. Una vez han dado a luz, las han dejado en libertad. En estas dos últimas operaciones de la Policía nigeriana han liberado a casi 30 mujeres embarazadas y dos niños que esperaban compradores. Los bebés que corren mejor suerte son comprados por parejas que no pueden tener hijos, los demás suelen venderse para trabajos esclavos, con fines sexuales o para rituales de magia negra.